Que me devuelvan la sonrisa con solo una mirada, la que hace tanto que me falta, la que echo de menos porque la nueva me resulta fingida, falsa y artificial.
La realidad, todo lo que va en mi interior, es cada vez más confuso, sin factores distinguidos, sin un propósito definido.
Que la lluvia me destruya y me disuelva, que haga de mi una pequeña corriente de agua, imparable e indestructible. Que el viento me desmonte y me arrastre, que haga de mi un huracán furioso. Porque cada vez me siento peor, con menos fuerzas.
En definitiva, que la naturaleza me haga naturaleza. Que acabe conmigo...
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