Esta sola, en su habitación, las persianas están cerradas, ella esta sentada en su cama mirando sus venas, en su mano derecha una cuchilla y en la izquierda se derrama la poca dignidad que le quedaba en forma de sangre, sangre roja y cálida que gotea en el suelo. Su madre aporrea la puerta para intentar abrirla, pero ya es demasiado tarde. En el suelo hay sangre, mucha sangre y pastillas derramadas y en el cenicero se consume el ultimo cigarrillo que se quiso fumar antes de acabar con todo.
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